La espina bífida es una malformación congénita del tubo neural que se produce durante la gestación. El tubo neural es un estrecho canal que se acostumbra a cerrar entre la 3ª y la 4ª semanas de gestación para formar el cerebro y la medula espinal.
Aunque pueden ser varias las causas de aparición de la espina bífida hay que señalar principalmente el déficit de ácido fólico en los primeros meses de gestación, así como también si han existido antecedentes familiares con esta afección.
La amniocentesis es el método de diagnóstico que se lleva a cabo cuando se sospecha un riesgo de espina bífida. Por lo que respecta a la prevención de esta malformación, juega un papel muy importante la ingesta y la administración de ácido fólico unos meses antes del embarazo continuando luego durante el primer trimestre de la gestación.
También parece ser que si el padre toma ácido fólico antes del futuro embarazo de su pareja, el riesgo de anomalía del tubo neural es menor. El ácido fólico es una vitamina del grupo B que se halla presente en los vegetales de hoja verde, en el hígado y la leche.
El tratamiento de la espina bífida debe llevarse a cabo mediante una delicada intervención quirúrgica.
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