Según estadísticas parece ser que el 20% de los niños se marean cuando van en coche. De estas cifras al coche le corresponde el 76%, al autocar el 36 %, al autobús el 31% y al barco el 21 %.
Tres son las maneras que los niños pueden reaccionar ante un viaje largo en coche (durante las vacaciones por ejemplo). La primera de ellas es que se duerman rápidamente. La segunda es que estén nerviosos, incómodos y hasta lleguen a marearse y vomitar y la tercera es que se distraigan de alguna manera (con música, jugar con su muñeco preferido etc.).
En el caso de que el niño sea propenso al mareo es preciso adoptar una serie de normas para procurar evitar su aparición. Entre ellas es conveniente:
- Colocar su silla en la parte central del asiento posterior en el que viaja para así tener una mayor visión.
- Viajar con los ojos cerrados para evita la sensación de mareo.
- Evitar que la temperatura interior del coche sea demasiada alta.
- Sentarse alguien a su lado para hacerle compañía.
- Que no lleve ropa ajustada sino que sea cómoda.
- Abrir la ventanilla si se empieza a marearse.
Por el contrario hay que procurar
- Que antes del viaje no tome leche o líquido alguno tanto antes como durante el trayecto.
- Que este los más quieta posible. Es decir que no se mueva demasiado.
- No fumar durante el trayecto ni exponerle a olores fuertes o extraños que pidieran molestarle.
Existen ciertos fármacos para prevenir el mareo que pueden administrarse a partir de los dos años. El pediatra le informara de ello…
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