Es alrededor del octavo mes (aunque también puede ser en el séptimo mes de vida del niño o al cumplir el año) el momento en que el niño siente el deseo y la habilidad de desplazarse a cuatro patas (etapa que durará unos tres meses) y el girar sobre si mismos (de un lado a otro) lo que se conoce como gatear. Cronológicamente el gatear es el primer movimiento que los bebés llevan a cabo, sin embargo no todos los niños gatean puesto que algunos pasan de ello y se ponen directamente de pié y empiezan a andar. Es curioso el hecho de que los niños parece ser inician el gateo unas dos a cuatro semanas antes que las niñas.
Al principio (alrededor de los siete meses) lo que hace el niño es “reptar”, es decir estando boca abajo y apoyándose en sus dos brazos o rodillas arrastrar su cuerpo hacia delante (con la tripa pegada al suelo puesto que aun no tienen la fuerza suficiente en las piernas) empujándose al principio con gran fuerza y luego con más destreza y seguridad. Es curioso el hecho de que algunos bebés empiezan a reptar hacia atrás hasta que aprenden el movimiento.
Posteriormente llegan a conseguir avanzar a “cuatro patas” apoyándose simétricamente en sus antebrazos y en sus rodillas gracias a la siguiente secuencia: levantar un poco su cuerpo adelantando su mano derecha y luego su rodilla izquierda y seguidamente adelantar su mano izquierda y su rodilla derecha. Tal movimiento sincronizado permite en ocasiones que el niño se desplace, en ocasiones, unas veces hacia delante y otras hacia atrás (es decir a culetazos (sobre sus nalgas o con una pierna debajo de su culete).
Aunque estadísticamente se ha demostrado que el 87% de los niños gatean, hay otro tanto por ciento que directamente prescinden de ello y comienzan a caminar lo cual no debe preocupar en absoluto, pues es su meta deseada.
Aunque el gatear no es imprescindible si es importante que el niño tenga la oportunidad de hacerlo, razón por la cual se le debe dejar sobre una alfombra o manta para que vaya aprendiendo a incorporarse sobre sus manos y pies.
Ahora bien es evidente que el gatear lleva implícito el accidentarse por lo que los padres han de llevar a cabo una serie de medidas de seguridad en el hogar para que ello no ocurra.
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