El motivo principal de los “celos infantiles” es el deseo de monopolizar a la madre o al cuidador habitual. Es decir, busca acaparar totalmente el afecto de la persona amorosa por excelencia. Casi siempre los celos son más acusados en el primer hijo que en los siguientes. Hay que tener presente que, cuanto más estrechos sean los vínculos afectivos entre los miembros de la familia, más posibilidades habrá de que aparezcan celos. Sin embargo, la rivalidad inicial entre hermanos tiene la ventaja de manifestarse en el medio familiar, en donde los padres actúan como moderadores que fijan las normas y los límites dentro de los cuales puede manifestarse.
Con todo, hay que ser cauteloso con el niño muy celoso, absorbente de todo el afecto familiar, exclusivista de la atención de los padres, con gran afán de protagonismo y que tolera muy mal verse desplazado en segundo lugar. No porque haya que darle a este niño “celoso de todo y de todos” un suplemento de afecto y dedicación, sino porque hay que conocer su sensibilidad y procurar ser equitativos en el reparto de la atención familiar, poniendo especial atención en aquellas situaciones generadoras de celotipia, como, por ejemplo, el nacimiento de un hermanito.
Este feliz acontecimiento puede poner en marcha en la mente del niño muy celoso pensamientos fratricidas (que dan lugar al llamado complejo de Caín), y este deseo de “lo peor” para el recién llegado le produce intensos sentimientos de culpabilidad que llenan al niño de cierta ansiedad, que se traduce en irritabilidad y mal comportamiento.
¿Cuál es la conducta a llevar a cabo ante tal situación? .La solución es bien sencilla: antes de que nazca el hermanito, el niño que le precede debe estar enterado de los privilegios y las ventajas de ser mayor, que no pierda su situación dentro del marco familiar, ni le saquen de su habitación para dársela al nuevo inquilino del hogar.
Cuando éste ya ha llegado, debe “participar” en su cuidado y protección; por ejemplo: ayudar a la madre a cambiarle la ropa, vigilarlo mientras ésta se ausenta de su lado, etc. Para que así él, como hijo mayor, se vea en otra jerarquía superior en la estructura familiar.
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