Es conveniente iniciar la lactancia nada más nacer o sea cuanto antes (en la primera media hora). Para que ello sea posibe la mama y el recien nacido no deben ser separados trás el parto debiendose colocar el bebé desnudo sobre el abdómen  materno . Hay que tener presente, al respecto, que mientras algunos bebés se enganchan rapidamente al pecho, otros tardan algun tiempo en hacerlo.

 Un aspecto a tener en cuenta (considerado importante e imprescindible) es que  madre e hijo adopten una posición cómoda para tal cometido. Una de las posturas  adecuadas para ello es el que la madre se coloque acostada de lado(posición que resulta muy cómoda  tras el parto)  .

A continuación hay que coger el bebé en brazos, acercarlo a su pecho (de manera que su cuerpo quede situado ombligo a ombligo) y procurar que su cabeza descanse entre el codo y la muñeca del brazo correspondiente. De esta manera la mano del brazo donde esta reposando el bebé puede sujetar su culito y quedar libre para el caso de que se debiera cambiar o reforzar la postura.

A continuación con la mano libre la madre debe coger su pecho y procurar introducirlo en la boca del bebé (comprobando siempre que quede dentro de la misma todo el pezón y gran parte de la areola). Una vez el bebé ha empezado a mamar, por precaución es conveniente dejar de apretarse el pecho. Se considera que el bebé esta correctamente colocado para mamar si no se ve el pezón ni la mayor parte inferior de la areola mamaria.

Hay que vigilar visualmente que los labios del bebé queden doblados o vertidos hacia fuera (sobre todo el labio inferior) hasta tocar su barbilla. En la succión correcta se observa el movimiento de la barbilla del bebé y hasta de sus orejas. Hay que tener en cuenta que cuanto más succione el bebé más producción de leche tendrá lugar.

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