Aunque afortunadamente los accidentes que puede sufrir el bebé durante el baño son más bien infrecuentes, no hay que olvidar que pueden presentarse en un momento determinado y por ello hay que conocerlos para prevenirlos. Tres son los principales riesgos que puede correr el bebé en la bañera a saber: el ahogamiento, los golpes y las quemaduras.
En primer lugar hay que citar el ahogamiento (aún cuando la bañera contenga poca agua) puesto que un resbalón y caerse boca abajo puede dar lugar al mismo. Para evitar tal accidente es preciso vigilar constantemente al bebé mientras se le está bañando y nunca por ningún motivo dejarlo solo. En caso de tener que acudir al teléfono u otra urgencia casera, hay que envolver al bebé en una toalla (mejor con capucha) y llevárselo consigo.
Un golpe inesperado durante el aseo es otro de los riesgos a tener en cuenta durante el baño. Para ello hay que sujetarlo con seguridad principalmente en el momento de introducirlo en la bañera y no dejar de sujetarlo durante el baño. Para evitar que el niño resbale y pudiera golpearse, es conveniente que bañera disponga de una alfombrilla antideslizante y si es posible tenga protectores laterales. Hay que tener cuidado al sacarlo de la bañera debido a que su piel mojada es muy resbaladiza. La mejor opción es bañar a bebé entre dos personas pues mientras uno lo baña el otro lo sujeta.
Las quemaduras constituyen otro accidente (aunque no muy habituales se han dado casos de tal accidente). Por tal razón hay que controlar, antes de introducir al bebé, la temperatura del agua con un termómetro de baño o simplemente sumergiendo el codo en el agua para este fin. Como norma general para evitar este accidente hay que tener en cuenta que nunca debe añadirse, mas agua caliente estando el bebé dentro de la bañera. Es importante introducir al bebé cuando el agua esta ya mezclada (introduciendo primero el agua caliente y luego la fría).
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