La temperatura corporal normal (en la axila) del bebé es de 37º y en caso de que ésta no sea superior se considera que el niño no tiene fiebre (en ocasiones la fiebre es el primer síntoma de una infección) debiéndose acudir al pediatra lo antes posible (sobre todo en aquellos casos en que el bebé tiene menos de tres meses y la temperatura aumenta hasta los 38 grados).
Una de las maneras de bajar la fiebre en estos casos es refrescar los brazos y las piernas del bebé con una esponja una vez colocado sobre una toalla de baño. Lo más cómodo para llevar a cabo tal maniobra es llenar un cazo con agua tibia (a 35º aproximadamente) y colocarla junto al bebé para que luego con una esponja humedecer, como se ha especificado anteriormente) las piernas y los brazos. Otra opción es le, durante unos minutos paños húmedos en las extremidades, así como también en la cara (frente y mejillas).
El baño con agua tibia se halla desaconsejado en los bebés. Si lo indica el pediatra puede administrarse un antipirético.
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