Se conoce como “costra láctea” a una dermatitis seborreica que aparece en el bebé en sus primeras semanas de vida y en el niño de hasta tres años. Se caracteriza por la aparición de una serie de costras o escamas grasosas, pegajosas y amarillentas en el cuero cabelludo, frente, ojos, nariz y mentón, surco nasogeniano (entre la nariz y la mejilla) así como, en ocasiones, en la zona del pañal sin dar lugar a prurito (picor), molestias o irritabilidad alguna.
Aunque su causa es desconocido se cree que el origen de la misma es la excesiva producción de grasa por parte de las glándulas de la piel así como también que su origen pueda ser hormonal.
Aunque la “costra láctea” no requiere tratamiento alguno puesto que suele desaparecer por si sola pueden ablandarse las costras o escamas frotando la zona con vaselina o algún aceite (de oliva o de almendras) y proceder luego al lavado de la cabeza con un jabón suave o champú infantil varias veces al día (por lo menos durante una semana). En caso de “costra actea” severa pueden emplearse cremas a base de corticoides. Si no mejora hay que consultar con el pediatra.
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