La ingestión de alcohol se halla contraindicada durante el embarazo y postparto debiéndose tomar la menor o nula cantidad posible del mismo. Sin embargo durante la lactancia no hay peligro alguno y puede tomarse en pequeñas cantidades (en forma de cerveza por ejemplo).

Parece ser que la cerveza (en cantidades adecuadas) aumenta la producción de prolactina y por tanto la cantidad de leche (no siendo tal acción ser debida a la tasa de alcohol que contiene).

Sin embargo es mejor abstenerse de tomarla con tal fin puesto que ello puede originar desequilibrios en la cantidad de leche que se pudiera producir lo que podría desorientar al bebé que esta acostumbrado a una cantidad regular de la misma en el momento de amamantar.

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