La higiene correcta del pecho materno (tanto antes como después de alimentar al bebé) es considerada primordial para evitar la aparición de  complicaciones durante la lactancia por no haberla llevarla acabo. Es por esta razón  que  para evitarlas es importante seguir ciertas recomendaciones al respecto:

• En primer lugar antes de proceder a dar el pecho siempre es conveniente lavarse las manos con agua y jabón.
• Una vez terminada la tetada  conviene untar la areola con un poco de leche y secar los pezones, sin frotarlos, con una gasa estéril o toalla suave.
• Colocar discos protectores absorbentes sobre el pezón entre toma y toma.  Tales discos se colocan en el interior de la copa del sujetador para así absorber pequeñas cantidades de leche que pudieran salir.
• Cambiar los discos para que el pecho se mantenga seco.
• Los pechos no deben lavarse individualmente sino que su limpieza debe llevarse a cabo con la higiene diaria (ducha o baño).

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