En caso de que el bebé siga una lactancia artificial  es conveniente prestar atención al agua mineral con la que mayoritariamente se prepara el biberón y luego la papilla.

No todas las aguas minerales envasadas son iguales en su contenido en minerales puesto que varían según su cantidad global (muy débil,  débil o fuerte).

Para los recién nacidos y lactantes sometidos a lactancia artificial (biberón) es conveniente elegir aquellas con mineralización muy débil puesto que con ella se disuelve mejor la leche en polvo y es óptima como agua para beber al no sobrecargar la función  renal en ningún caso.

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