En un principioy antes de utilizar por primera vez un chupete hay que lavarlo con agua y jabón y esterilizarlo. Ello puede hacerse en frio sumergiéndolo en una solución esterilizante especialmente preparada para ello. Otra manera es sumergirlo en agua hirviendo por espacio de unos cinco minutos. A continuación y en espera de utilizarlo hay que guardarlo (protegido si es posible con una gasa hidrófila) en un sitio limpio y seco. Es conveniente reemplazar el chupete al cabo de uno o dos meses de haberlo utilizado (mejor tener dos o tres chupetes y utilizarlos alternativamente).
No es conveniente untar la tetina del chupete con azúcar o sustancias dulces, ni llevarlo colgado con una cadena o cinta del cuello fabricada en casa puesto que pueden no resultar seguros. Existen los sujetachuetes cuya longitud (unos 22 cm. ) se adapta a las normas de seguridad en estos casos (es decir evitan que por su longitud puedan rodear el cuello del bebé y producirle una asfixia por estrangulación ) y a la vez han pasado los ensayos pertinentes para comprobar que no se rompan) .
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A partir de los tres meses puede administrarse, si no es posible calentarlo (al estar de viaje, por ejemplo), un biberón a temperatura ambiente siempre que el agua utilizada para su preparación se haya hervido previamente o se haya utilizado agua mineral. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que por norma general el biberón caliente por la noche ayuda al bebé a conciliar el sueño.
Forma parte del aseo del bebé el que las madresn corten de manera adecuada tanto las uñas largas de sus manos como las de sus pies (puesto que se corre el peligro de que el pequeño se autoarañe al mover descontroladamente sus extremidades mientras duerme ).
Las denominadas leches infantiles de fórmula (comercializadas en forma de polvo o en forma liquida) y de las que existen varios tipos tienen como objetivo el satisfacer las necesidades del bebé adaptandose a sus requerimientos nutricionales. En ellas se intenta que su composición se asemeje al máximo a las características de la leche materna.
La “ambliopía u ojo vago” consiste en la pérdida de la visión en uno o en los dos ojos. Su corrección consistirá en penalizar (tapar) el ojo que ve bien para así forzar el otro a trabajar. Ello se lleva a cabo antes de los 7 años puesto que de otro modo la posibilidad de perder la visión es alta.
