Efectivamente un aumento o exceso de colesterol en los niños (hipercolesterolemia o colesterol superior a 170-200mg/dL) puede dar lugar al aumento del riesgo cardiovascular en la edad adulta.
El colesterol es una sustancia (alcohol esteroide) semejante a la grasa que fabrican los animales que se halla presente en alimentos como vísceras, yema de huevo y en menor cantidad en la leche entera, derivados lácteos (mantequilla queso y nata), carnes rojas y piel de aves (todos ellos de origen animal).
Aunque el exceso en sangre de colesterol resulta perjudicial para la salud por acumularse en la pared arterial reduciendo el flujo de sangre, el colesterol es indispensable pues forma parte de la estructura que rodea las células del organismo y de algunas hormonas siendo sintetizado por el hígado (fuente hepática) , también obtenido por la dieta alimentaria de origen animal (fuente intestinal y biliar) y posteriormente transportado por la sangre hasta el nivel celular correspondiente mediante ciertas proteínas.
En realidad solo existe un tipo de colesterol, si bien según forme parte de cierto tipo de proteína se habla de colesterol bueno (HDL) o colesterol malo (LDL).
No hay que olvidar que el colesterol aumenta los niveles del llamado colesterol malo o LDL (aunque en menor grado que los ácidos grasos saturados y otros llamados trans) por lo cual es preciso moderar el consumo de alimentos que lo contienen.
El colesterol malo o LDL (lipoproteínas de baja densidad) procede del hígado y provoca en caso de elevados niveles en sangre su acumulación en las arterias. El colesterol bueno o HDL (lipoproteínas de alta densidad) procede del hígado y ayuda a retirar el colesterol sobrante de las arterias. El colesterol total resulta de la suma del colesterolHDL y el colesterol LDL.
El incluir en la dieta alimentaria infantil hidratos de carbono de absorción lenta (legumbres, arroz. pasta, patatas) es beneficioso para regular los niveles de colesterol y al contrario aquellos hidratos de carbono de absorción rápida (chucherías, refrescos y alimentos precocinados) tienen una influencia negativa en tales niveles. La fibra, por otra parte, reduce los niveles de colesterol malo (LDL) y el ejercicio físico eleva los niveles de (HDL).
En aquellos casos que ello no es suficiente para reducir los niveles de colesterol es necesario recurrir a los medicamentos que poseen tal acción los cuales actúan inhibiendo la producción hepática (estatinas) o sobre el intestino inhibiendo la absorción intestinal.
Sin embargo el exceso de colesterol puede evitarse siguiendo ciertos hábitos alimentarios:
- Prescindiendo de la grasa visible en la carne y la piel de pollo y aves.
- Sustituyendo la mantequilla o margarina por aceite de oliva el tocino por aceite de oliva, la leche y derivados por productos semi o desnatados así como el huevo entero por la clara (consumir yema de huevo solo una vez a la semana).
- No consumiendo embutidos, pastelería y vísceras (sesos, hígado etc.).
- Aumentando el consumo de pescado azul, legumbres, cereales, verduras y frutas.
No hay que olvidar el que muchos niños padecen lo que se llama hipercolesterolemia familiar que se caracteriza por dificultad en eliminar el colesterol malo (LDL). En tales niños hay que vigilar repetidamente las elevaciones de los niveles de colesterol y el riesgo cardiovascular que ello puede dar lugar.
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