Las estadísticas ponen de manifiesto que 1 de cada 1000 niños nacen con deficiencias auditivas las cuales pueden afectar a la adquisición de su lenguaje, es decir no aprendan hablar y por tanto posteriormente dar lugar a un retraso en su desarrollo intelectual y social. Es por esta razón el que existan ciertas pruebas que se realizan en las primeras 12-48 horas de vida o antes de dar alta al bebé de la clínica, las cuales tienen la misión de poner de manifiesto las mismas (deficiencias auditivas).
Una de las pruebas para detectar tal anomalía es la que se conoce con las siglas de PEATC (potenciales evocados auditivos del tronco cerebral) siendo la otra la conocida como OEA (otoemisiones acústicas). Es importante tener presente que si tales pruebas una vez llevadas a cabo son negativas deben repetirse al cabo de un mes para así confirmar el resultado y en caso de volver a dar resultados negativos es preciso derivar el bebé directamente a un servicio de ORL especializado.
La prueba denominada PEATC consiste en la colocación de un electrodo autoadhesivo en la cabeza del bebé y en emitir ciertos ruidos (estímulos sonoros) a través de los auriculares (adaptados al tamaño del conducto auditivo) colocados en su oreja para medir la respuesta neuroeléctrica del sistema auditivo (desde al nervio coclear hasta la corteza cerebral del lóbulo temporal). La otra prueba denominada OEA llevada a cabo inicialmente en los primeros días tras el parto consiste en colocar en el oído del bebé una sonda que envía sonidos a través de ella. La sonda contiene un micrófono el cual registra la respuesta del oído a los sonidos recibidos.
Si una vez llevadas a cabo estas pruebas se detecta su audición no es correcta hay que llevar a cabo el tratamiento consiguiente para que así aprenda a hablar mediante la instalación de una prótesis (audífono o implante coclear) antes de los seis meses y dirigirlo posteriormente al logopeda.
Entre los factores de riesgo que pueden dar lugar a un trastorno auditivo (hipoacusia o sordera) hay que señalar los siguientes:
- Durante el nacimiento: Antecedentes de sordera familiar congénita. Uso de medicamentos tóxicos para el oído (ototóxicos) durante el embarazo. Peso de neonato inferior a 1500 gr. Problemas durante el parto.
- Durante los primeros meses: Retraso en el lenguaje e intuir que no oye bien. Antecedentes de traumatismo craneal y el presentar otitis media muy a menudo.
- Entre los signos de alarma que pueden indicar que el bebé no oye bien pueden señalarse.
- De 0 a 3 meses: El bebé no se sobresalta ante un sonido más bien fuerte. Emisión de sonidos monótonos.
- De 3 a 6 meses: No emite sonido alguno para llamar la atención. No gira la cabeza al llamarle.
- De 9 a 12 meses: No cumple órdenes sencillas. No entiende el significado del “No”.
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