Llevar al niño por primera vez a la “guardería ” lleva implícito el riesgo de aparición de las llamadas “enfermedades de guardería”. Este riesgo de aparición de alguna enfermedad infecciosa, según estadísticas se presenta con la siguiente frecuencia: en niños de un año un episodio a la semana, en niños de uno dos años un episodio cada dos semanas, en niños de dos a tres años un episodio cada tres semanas y a partir de los tres años de dos a ocho procesos anuales. De entre ellas, las infecciones respiratorias son las más frecuentes (un 80% del total), seguidas de las gastroenteritis (un 30%), las conjuntivitis y las enfermedades exantemáticas.
Los padres han de tener en cuenta y asumir que la asistencia de su hijo a la guardería (normalmente desde los 4 meses hasta los 3 años) conlleva una mayor susceptibilidad a las infecciones, principalmente por la inmadurez de su sistema inmunitario.
La vía respiratoria es la principal vía de contagio de las enfermedades de guardería: tos, estornudos, virus transmitidos por vía aérea y hasta contacto por las secreciones nasales (es decir los típicos mocos).
Otras vías de contagio son la fecal, la vía oral (a través de los objetos que los niños se llevan a la boca como chupetes, juguetes etc.), aquellas por contacto con la superficie cutánea (piel con piel, mordiscos o arañazos), por infecciones cutáneas (impétigo), oculares (conjuntivitis) o por huéspedes (piojos).
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