Sin duda alguna cuando llega el verano no hay inconveniente en hacer uso del aire acondicionado en el hogar en el que habita un bebé, sin embargo es imprescindible tener en cuenta ciertas limitaciones al respecto ya que una temperatura demasiado fría lo mismo que un exceso de calor no es nunca aconsejable.
El aire acondicionado utilizado con prudencia puede ser un elemento eficaz para equilibrar la temperatura casera. He aquí algunas precauciones que hay que tener presente al respecto:
- Durante los primeros meses los bebés no deben permanecer en ninguna habitación con aire acondicionado funcionando.
- En caso de mucho calor es más prudente enfriar la habitación cuando el bebe no está presente y luego trasladarlo cuando ésta esté ya fresquita (no fría).
- Mantener una temperatura estable en toda la casa, pues el bebé en su primer año de vida es muy susceptible a las variaciones térmicas.
- No utilizar el aire acondicionado cuando el niño duerme pues durante el sueño la temperatura corporal desciende y el bebé podría enfriarse. Airear la casa con frecuencia para reducir la sequedad del ambiente propio de este sistema y evitar que se resequen las mucosas (pues ello podria favorecer la aparición de ciertos problemas respiratorios).
- Recordar que la temperatura ideal del ambiente para los bebés es de 20-22º C. durante el día y 18 ºC. por la noche.
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