Dependiendo de la edad del bebé existen varios tipos de zapatos a saber: para los más pequeños (recién nacidos y bebés en sus primeros meses), para los que ya gatean, para los que dan sus primeros pasos, y para los que ya caminan. Todos ellos tienen unas características diferentes aunque en general deben tener una característica en común: ser cómodos, buena calidad y diseño y que ofrezcan una buena aireación.
En los recién nacidos los zapatos son solo de decoración y no son indispensables (pueden ir descalzos con unos calcetines para preservarles del frio).
El niño hasta los 8 primeros meses puede ir descalzo, con unos calcetines que le preserven del frío o unos botitas suaves (con tejidos transpirables y pieles muy flexibles) ya que los zapatos no son indispensables.
De los 8 a los 10 meses el niño empezará a intentar ponerse en pie y gatear habiendo que pensar en unos zapatos ligeros que le protejan y le proporcionen seguridad (de horma recta, piso flexible y plantilla anatómica interior para estimular el arco plantar sin refuerzos internos para dejar que el pie se forme).
A partir de los 10 meses el niño empieza a gatear y por tanto necesita el cuidado de sus deditos que sufren el roce y los golpes (zapatos con refuerzo en la puntera, plantilla anatómica y piso antideslizante prolongado hasta el talón).
Entre los 11 y los 14 meses el niño inicia sus primeros pasos y sus pies tendrán que soportar el peso de su cuerpo. Es a partir de este momento que llega la hora de elegir cuidadosamente el calzado, el cual es indispensable sean de un corte adecuado que le permita mover el tobillo y los dedos, ya que de lo contrario pueden estropearse unos pies que han nacido sanos al adoptar posturas forzadas por la sobrecarga a que estarán sometidos.
Cuando el niño empieza a andar se recomienda una entresuela fina (menos de 5 mm.) y un refuerzo en la punta. La parte superior (horma) debe ser su material de piel natural que favorezca la correcta transpiración y la suela de cuero (o caucho antideslizante). Su interior (forro interior) ha de carecer de costuras. El tacón ha de ser recto y la suela ha de tener un máximo de 15 mm. de espesor. Los refuerzos laterales y posteriores evitan que el pie se ladee en cualquier sentido. La plantilla anatómica permite que el pie adopte la postura correcta favoreciendo la formación del arco plantar no debiendo tener almohadillas de ninguna clase.. La atadura (sujeciones) es indiferente mientras el zapato quede bien sujeto (parece que los cordones permiten abrir más el calzado). Por ultimo la lengüeta debe ser acolchada y suave para no irritar el empeine.
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