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La “cesárea” es la intervención quirúrgica más frecuente para resolver aquellas complicaciones que pudieran presentarse durante el parto. Ahora bien debido a que no esta exenta de riesgos es preciso limitarla a aquellos casos en que sea realmente necesaria (es decir sus beneficios han de superar a los riesgos).
En ocasiones cesárea se programa con antelación por diversos motivos tales como el desaconsejarse el parto por vía vaginal por causas maternas (estrechez pélvica comparada con el tamaño del feto, presentación de nalgas, placenta, previa o dolencias cardíacas que pudieran agravarse durante el parto o fetales (prematuridad, sufrimiento fetal etc.).
Otra de las causas en que debe optarse por llevar a cabo una cesárea inmediata es cuando la dilatación no progresa después de 16-18 horas de parto, en aquellos casos de prolapso de cordón umbilical y en caso de un parto prematuro (entre las 26 y las 30 semanas).
La elección de la clase de anestesia a llevar a cabo en la cesárea corresponde al anestesista quien valorará si opta por una anestesia local o general. En la cesárea bajo anestesia epidural la madre puede ser trasladada a la habitación una hora después de haberse llevado a cabo la misma, por el contrario en aquellos casos que se haya practicado bajo anestesia general ésta deberá permanecer en la sala de reanimación hasta que se despierte.
La incisión quirúrgica mas utilizada al practicar una cesárea es aquella que abarca desde el ombligo hasta el borde superior del pubis (laparotomía media). Sin embargo, actualmente se lleva acabo la incisión transversal o horizontal (unos centímetros encima del borde superior del vello púbico) pues resulta menos dolorosa y más estética (incisión de Pfannestiel) y menos dolorosa.
A continuación y a través de la incisión realizada se accede al útero y mediante un corte transversal entre el cuello y el cuerpo (zona denominada segmento) se extrae el bebé. Una vez ya fuera se corta el cordón umbilical y se extrae la placenta. Luego se procede a la sutura del útero y de la pared abdominal utilizando materiales reabsorbibles y finalmente se sutura la piel mediante grapas, puntos de seda etc.
La presencia del padre durante la cesárea (especialmente si se realiza con anestesia epidural y bajo ciertas condiciones propias del quirófano) puede ser muy conveniente pues la mujer se tranquiliza y se siente más apoyada en aquel momento. Posteriormente la colaboración del padre es indispensable puesto que deberá ocuparse de cuidar al bebé y la madre durante unos días.
La estancia en clínica tras la cesárea es aproximadamente de 3 a 5 días. Por lo que respecta a cuanto hay que esperar para bañarse después de tal intervención el plazo es de unos 40 días. Las precauciones que deben llevarse a cabo durante el postoperatorio de una cesárea suelen ser, mas o menos, las mismas que después de un parto normal.
Cuando llevar a cabo una cesárea de urgencia:
La “cesárea de urgencia” se practica excepcionalmente en caso de presentarse problemas inesperados los cuales requieren una solución inmediata. Entre ellos cabe señalar: