Cuando el ambiente casero es muy seco principalmente en invierno (debido al uso de estufas o de la calefacción) las mucosas se resecan dando lugar a que el niño sea más sensible a los catarros. En estos casos es necesario, para evitar tal contingencia, humedecer el ambiente (normalmente en un 25-50 %) mediante los llamados humidificadores.
Los humidificadores normalmente funcionan con agua del grifo y poseen un regulador para controlar la intensidad del vapor que generan. A la vez pueden ser de aire frio (son mas silenciosos y funcionan mediante ultrasonidos expulsando minúsculas gotas de agua) y de aire caliente Es conveniente colocar tales aparatos lejos de la cama de los niños y de la calefacción.
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