La “playa” además de significar para los niños un lugar favorito de maravillosas diversiones, también es fuente de innumerables riesgos y peligros inimaginables. Al respecto hay que tener presente que, a pesar que el principal y más temible peligro de la playa es sin duda alguna el ahogamiento, existen otros peligros principalmente relacionados con ella tales como el sol, el agua y el calor, los cuales deben tenerse en cuenta al pensar disfrutar de un día de playa con niños.
Por lo que respecta al “sol” hay que significar que, a pesar de ser es un excelente amigo de niños y fuente de vida, siempre que se tome con moderación, pues estimula la síntesis de vitamina D (imprescindible para su desarrollo corporal), no hay que olvidar que si no se actúa con cierta prudencia su acción puede ser más peligrosa que beneficiosa ya que puede dar lugar a “quemaduras”, al típico “golpe de calor” y en último extremo a una “insolación”. Es por todo ello que hay que respetarse ciertas normas o precauciones para proteger adecuadamente al niño de sus efectos nocivos.
En relación con el “agua” el pasar unos días de ocio estival en la playa junto a la orilla o tan solo el nadar o chapotear en el mar significa una gran atracción para la mayoría de los niños. Ahora bien antes de acudir a una playa determinada es preciso comprobar si la misma cumple con los mínimos requisitos en cuanto a su seguridad se refiere y tener en cuenta una serie de precauciones para evitar cualquier accidente que pudiera poner en peligro la vida del niño.
No hay que olvidar el que los bebes y los niños pequeños son muy sensibles al “calor” (ambiente caluroso) debido a que su sistema de autorregulación térmica todavía es inmaduro y por tanto su cuerpo no es capaz de estabilizar su propia temperatura (aumentando la transpiración). Por esta razón durante el verano, en que las temperaturas pasan de los 25 grados, es decir en aquellos días en que el calor es excesivo es preferible no ir a la playa puesto que en el caso de no procederse a la reposición de líquidos en aquellos días muy calurosos, el cuerpo del niño puede presentar una “deshidratación” de consecuencias imprevisibles Es por esta razón que es conveniente administrarles agua con mucha frecuencia para compensar tal cuadro. Por otra parte hay que tener presente que un ejercicio agotador (inevitable en los niños cuando están en la playa) junto a una exposición prologada a altas temperaturas pueden conducir al llamado “golpe de calor.”
No hay que dejar de mencionar otros riesgos o situaciones graves que pudieran presentarse en un momento dado en un día de playa. Por desgracia la situación más grave que puede presentarse es que el niño, en un momento dado y a pesar de la vigilancia ejercida pueda ahogarse, razón por la cual es vital no perderlo de vista ni por una solo momento mientras está en el agua y situarse a una distancia suficiente para acudir, los más rápidamente posible, en su auxilio si ello sucediera.
Otras riesgos o peligros que deben tenerse en cuenta en la playa y que han de ser objeto de vigilancia (pues en ocasiones son causa de accidentes) son la presencia de basura , cristales o vidrios que pudieran herir los pies de los niños o los excrementos de animales en la arena de aquellas playa en las que no se ha extremado su limpieza . Por tal motivo es conveniente que los niños vayan que los niños vayan calzados con zapatillas para así evitar el contacto directo con la arena contaminada. No hay que olvidar por otra parte que la presencia de medusas o erizos o peces araña puede dar lugar a molestos accidentes.
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