La tartamudez (trastorno frecuente de la locución infantil) se define científicamente como disfemia o espasmofemia, apareciendo habitualmente entre los 18 meses y los cinco años, Su incidencia es más bien elevada, afectando al 1% de la población infantil. La tartamudez predomina más en niños que en niñas (la proporción es de tres-cuatro niños por una niña) y en un tercio de los casos es hereditaria. Es probable que los padres que tartamudean tengan hijos tartamudos.
La tartamudez es una alteración del habla que se caracteriza por repeticiones, interrupciones o bloqueos completos. Todo ello puede acompañarse de frustración y temor a hablar.
Aunque las causas de la tartamudez no están del todo claras, más o menos la mitad de los casos han presentado un retraso en la aparición del lenguaje, y es llamativa la frecuencia en niños zurdos, especialmente cuando son débiles zurdos, es decir, están mal lateralizados. La edad preferente en presentarse este trastorno de la expresión del habla es entre los tres y los seis años. Hay que tener en cuenta la tartamudez “fisiológica” o transitoria (frecuente a los tres años) la cual desaparece en pocos meses.
Fundamentalmente, hay dos tipos de tartamudez: la tónica y la clónica. La primera es la más espectacular. El niño intenta emitir una palabra pero queda bloqueado, se lo impide una especie de espasmo (tónico) que le hace contracturar (gesticular) la cara y todo el cuerpo para terminar saliendo la palabra bruscamente, como un escopetazo. La clónica, consiste en repeticiones, más o menos largas, de los fonemas, en especial de la sílaba de la primera palabra o de las intermedias. Esta forma de tartamudez es la más frecuente y de mejor pronóstico. No obstante, lo que más predomina son las formas mixtas, con componente tónico y clónico.
Varias son las teorías para explicar la tartamudez. Una de ellas dice que se trataría de niños que no saben hablar y respirar al mismo tiempo. Otra precisa que son niños cuyo pensamiento va más deprisa de lo que puede instrumentar con palabras. Sin embargo, la mayoría de niños tartamudos padecen problemas en su comportamiento predominando los inquietos/agresivos sobre los tímidos/inquietos.
Llama la atención que el niño tartamudea cuando habla con alguien (generalmente de su misma edad, mayor que e o adulto) y que ello remite al hablar solo o con animales o niños más pequeños. En ocasiones se halla un desencadenante que puede ser un hecho concreto, un susto etc.
En el tratamiento de la tartamudez debe haber una asociación de medidas. Es preciso hablar con el niño de forma lenta y relajada empleando frases cortas y un vocabulario sencillo para así promocionar la fluidez. Los padres pueden jugar un papel importante para que el niño supere el problema (reducir las presiones psicosociales y aumentar la aceptación del niño tal como es).
Republished by Blog Post Promoter