La mayoría de las madres, por no decir todas, prefieren que su hijo recién nacido duerma por lo menos, durante las primeras semanas cerca de ella (es decir en su propia habitación). Una de las razones principales de ellos es el que debe alimentarle cada dos o tres horas sin tenerse que desplazarse y la facilidad en vigilarlo continuamente.
Para ello tiene varias opciones:
- El “moisés”: la utilidad del moisés estriba en su facilidad de traslado por toda la casa durante el día y el que por la noche puede trasladarse a la habitación de los padres (al lado de la cama). Sin embargo el moisés a los tres meses, más o menos, se queda pequeño.
- La “cuna”: otra opción es utilizar una cuna, teniendo en cuenta el hecho de que si durante los primeros meses es un espacio más bien grande para el bebé éste crecerá y necesitara mas espacio.
- La “cama”: en estos casos, a pesar de la comodidad que ello significa (parece ser que los padres se benefician más del contacto físico con su bebé) y que ciertos estudios han demostrado que los bebés regulan mejor su respiración y temperatura corporal, tal acto puede implicar cierta preocupación respecto a si el “codormir” (expresión que se utiliza en estos casos) les va a crear dependencia, si existe peligro de aplastar al bebé y hasta lo que ocurrirá con su vida intima. Por ello han de tener en cuenta una serie de normas o recomendaciones antes de llevarlo a cabo.
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